viernes, 14 de diciembre de 2012

Es tu punto de vista el que todo lo cambia...

El cielo es siempre el mismo.

¡Qué ironía! ¿Te fijaste? Mirás el cielo y te das cuenta de que es el mismo cielo de cuando estabas alegre. Sin embargo la tristeza te taladra el alma. Depacito, como para que sufras más.
El sol sigue con su mirada fija pero indiferente el imparable giro de la Tierra. La luna lo releva con su corte de estrellas.
El viento sopla puntual. Ahora del norte, más tarde del sur, cambiando ánimos y desarmando certezas.
Una estación sucede a la anterior, tan previsible como le es dado serlo.
La flor se marchita en la fecha prevista y las naranjas maduran en el mes correcto.
Todo sigue su curso inmutable mientras la tristeza se cuelga de tus ojos y te nubla el paisaje.
Aún así, vos sabés que el cielo sigue siendo el mismo cielo. Ese que mirabas cuando estabas feliz y la luna se espejaba en tus ojos desvelados.

Hoy ese cielo es tan distinto... Las estrellas no brillan como ayer y la luna... bueno, la luna ya no tiene espacio para cobijar locuras.
Yo no sé si es el cielo o si son mis ojos que se velan con lágrimas incontenibles, pero podría afirmar que este no es el mismo cielo. Que me dormí un momento y me lo cambiaron por uno sin brillo, sin espacio, sin sueños.
Todo sigue igual aunque yo lo vea tan diferente...

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