viernes, 9 de agosto de 2013

Fue un 11 de agosto...

... y yo, bueno, yo quizá era sólo un par de células corriendo una hacia otra. Yo no sabía que mientras me afanaba por SER, vos ya eras y abrías tus pulmones saludando a la vida con un llanto nuevo, frágil... pequeñito... bello.
Yo sólo podía pensar en mi, en mi futura existencia, en pelear contra el medio hostil que ponía trabas al encuentro que daría lugar a esta que soy. A la que creció ignorante de vos durante catorce difíciles años, antes de descubrirte allá, en el último banco de segundo "B" y comprender que me había perdido, definitivamente, en tu mirada...
Y en esa lucha estaba la premonición de lo que luego resultó ser la vida. Una lucha permanente por ser, por ganar, por llegar. Por vivir.
Aquel "11A", primer día del resto de tu vida, yo no podía suponer que ese puñadito de humanidad que tu mamá abrazó y llenó de amor, sería un día el hombre que provocaría en mi, destellos increíbles de un sentimiento que estaría destinado a no ser correspondido.
Catorce años después, logré robarte un beso y... nada más. El breve fragmento de un tango mal cantado puso fin a lo que había sido mi primer sueño de amor.
Y el tiempo pasó. La vida dibujó para cada uno, diferentes paisajes. Yo puse un velo de olvido y me dediqué a lo único que podía hacer: vivir.
Años más tarde, otro impulso me llevó a buscarte. Otra vez te vi, allá lejos, casi en el último banco de este grupo "B" que sigue siendo mi vida. Y esta vez te robé otro beso. Y nada más.
Caprichos de la vida, del destino, ¿de Dios? Quién sabe. Crecimos y nos perdimos. Cada uno encontró su sitio en el mundo, o no, quizá aún lo buscamos porque así es el ser humano, siempre en movimiento hacia la perfección.
Ya casi no me hablás y sé que no voy a poder decirte "Feliz cumple" simplemente porque no vas a estar. Pero no por eso voy a estar lejos de vos, de tu alma. Esa que nunca me perteneció, esa con la que tantas veces soñé, sueño...
Que seas feliz amor. Que sea un día lleno de bendiciones y de afectos.
Sabés que podría escribir un sinfín de palabras hoy. Pero todo lo que yo pueda escribir, vos ya lo sabés. Por eso sólo resta lo obvio:
Feliz cumpleaños.