miércoles, 17 de julio de 2013

Eso de "caer en la tentación"

"...parece que el sutil hilo que nos ha unido
desde hace un par de años sigue intacto,
a pesar de todo..."

Hace más de dos años nos reencontramos y por alguna extraña razón que no entiendo, siempre aparecés desde entonces, en mis momentos difíciles.
Como algo que va más allá de nuestra conciencia y que surge espontáneamente en el momento indicado. 
Quizá es ese pensamiento mío, fuerte e insistente cuando el dolor me envuelve. El del alma, claro. Será tal vez que nuestra ¿relación? o como se llame esto, es a nivel del alma y no del cuerpo. Almas que usan al cuerpo como instrumento para ese contacto que sería imposible en el plano de la materia.
¿Es que tu alma escucha realmente el llamado angustioso de la mía cuando toca fondo y siente que sólo vos (tu alma) podés rescatarla?
Si esa es la respuesta a tus inexplicables y oportunas apariciones, entonces tendré que convencerme de que lo que la razón condena, la sinrazón preserva.
Entonces, si eso es todo lo que Dios permitirá que tenga de vos en esta vida... bienvenido sea. Tendré que aprender a vivir en el plano del alma y dejar de preocuparme por este cuerpo dolorido, cansado, harto de ser macerado por la hostilidad de lo material y mundano.
Y entonces, quizá, quién sabe... cuando las almas vuelen libres en la magia de lo eterno... Tal vez...
Pero me fui de lo único que me impulsaba a escribir, era algo breve en realidad. Era sólo una reflexión mía sobre ese defecto que nunca pude ni podré controlar: caer una y otra vez en la tentación de atender cada llamado, cada palabra, cada devaneo de tu alma en torno a la mía. 
Ay... la tentación...



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